Pues sí, ¿no? Meter un papel en un sobre y el sobre en una urna, ciertamente es así pero no me refería a eso, así que ahora que ya han acabado las elecciones (y no influiré en nadie) voy a explicarme.
Mi pregunta viene motivada porque hay gente que más que votar lo que hace es antivotar y que piensa que estamos en la obligación de votar.
En cuanto a lo segundo, no existe la obligación a votar, se trata de un derecho que en su propio nombre incluye el derecho a no votar. Es cierto, costó mucho esfuerzo conseguir el derecho hasta ahí todos de acuerdo pero si se cree que hay alguna razón para no hacerlo (hay muchas y todas ellas válidas) no se hace y no pasa nada; el hecho de votar debe de ser un acto que se ha meditado y tiene algún tipo de razón de ser, es más, realmente la única pega de la abstención (o no votar) es que no se puede diferenciar la abstención intencionada de la abstención perezosa.
En cuanto al antivoto me parece sangrante. Eso de votar no para que gane tu partido sino para que no gane otro es absurdo, al final no se vota por lo que realmente se quiere, sino por unas medidas con las que no se sabe si se está conforme. Y esto me lleva al manido voto útil que está intimamente relacionado ¿cómo crecerá ese partido con el que estás totalmente de acuerdo si sólo se vota a los grandes? Sólo hay un voto útil y es en el que se vota por lo que a uno le gusta o que está de acuerdo en alguna manera y si no se encuentra entre los más grandes estará entre las otras decenas de partidos.
Con todo esto en mente, ¿cómo elegir a quién votar? Desde luego no es viendo debates o mítines, los cuales van dirigidos a regalar los oídos a sus seguidores y nunca a convencer a sus detractores o indecisos; ¿quizás leyendo sus panfletos propagandísticos programas electorales? Tampoco es que ayude mucho porque esas promesas se las lleva el viento, sólo hay que comparar el programa actual con el de las anteriores elecciones, aunque sí que es verdad que nos puede dar una idea de por donde van sus ideas. Lo más sensato para elegir a quién votar es ver que ha hecho o dejado de hacer desde las últimas elecciones y en función de ello apoyarlo o apoyar a otros de nuestro agrado.
Llegados a este punto ya sólo queda aclarar que no debemos meter en el mismo saco a las elecciones locales, las de la comunidad autónoma y las del país; hay que evaluar cada una de ellas como entes diferentes, a veces tienen propuestas diferentes o aunque sean las mismas es posible que unas propuestas sean más interesantes para un ámbito que para otros.
